Fuente: Women Now
Por: Elena de los Ríos
Es casi una ciencia exacta. Después de cada ola feminista, ha venido un retroceso en términos de igualdad de género. Y los datos lo confirman. Ocurre, según demuestran algunos índices de paridad, en los países del G7, pero también en España. ¿Por qué?
A cada explosión de feminismo le sigue un retroceso. De ahí la clásica metáfora de las olas, exitosa sobre todo por su capacidad para recoger este movimiento pendular de la lucha de las mujeres en la sociedades occidentales. Susan Faludi popularizó el término ‘backlash’ con el libro ‘Reacción: la guerra no declarada contra la mujer moderna’ (1991), en el que recogía precisamente la reacción de las estructuras de poder de los 80, tras una intensa década de reivindicación de derechos para las mujeres, laborales, políticos y sexuales, a lo largo de los años 70.
En la temida reacción de los años 80, las mujeres vieron cómo psicólogos y psicoanalistas aconsejaban a las mujeres no aplazar el matrimonio y la maternidad para concentrarse en su carrera profesional; algunos sociólogos afirmaban que las reformas legislativas inspiradas por las feministas privaban a las mujeres de protecciones especiales, y los medios de comunicación llegaron a sostener que las guarderías podían ser perjudiciales para la salud de los niños. Al comprobar que seis de los 20 docentes de su departamento eran mujeres, el rector de la Universidad de Boston declaró que trabajaba en un «maldito matriarcado».