CONAMI lleva adelante un proyecto para realizar talleres en diferentes comunidades de Argentina, para que la mujer indígena conozca sus derechos y los ejercite. Estos talleres constituyen la Escuela Itinerante de Derechos para las Mujeres Indígenas, que debido a alianzas con diversas organizaciones está regionalizándose.La creación de la Escuela Itinerante de Derechos para las Mujeres Indígenas (EDMI), dependiente del CONAMI, se formalizó en 2009 con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas UNFPA Argentina. Desde hace dos años esta institución que agrupa a unas 30 organizaciones de las comunidades indígenas del país, acompaña a las mujeres en visibilizar el incumplimiento de sus derechos y las capacita para que puedan ejercerlos con autonomía. La formación se concreta en talleres itinerantes que cuentan con traductores de hasta tres lenguas (pilagá, wichí, etc.). La coordinadora de este proyecto, Eva Gamboa, informó a Artemisa Noticias sobre sus alcances.
-¿Cómo nació la idea de crear una escuela itinerante?
-En 2006 hice un curso en Ginebra sobre los DESC (derechos económicos, sociales y culturales) y en ese marco hice una propuesta para una educación bilingüe para todos y todas. Allí expliqué que las mujeres indígenas necesitamos ser capacitadas y esta formación debía brindarse en distintas lenguas, ¿sabés las muertes que hay en las comunidades porque no entienden las instrucciones de los médicos sobre una medicación o cómo prevenir el contagio de una enfermedad? Además las lenguas llevan nuestra historia cultural. A partir de esta necesidad de formarnos surgió la idea de crear la escuela.
-¿Qué beneficios trajo concretar el proyecto de la EDMI?
-La articulación de organizaciones y el fortalecimiento de las hermanas y sus proyectos. Tenemos una articulación desde CONAMI con UNFPA y otras organizaciones como el Fondo de Mujeres del Sur, que nos facilitó la personería jurídica. Con Mujeres del Sur creamos además el Observatorio de los pueblos indígenas contra la discriminación y el racismo y de mujeres indígenas. Somos asimismo parte del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas y a través del mismo hicimos una alianza con Fundación Ford para replicar estos talleres. Tuvo un rol importante Tarcila (Rivera Zea) que hizo las gestiones para regionalizar el proyecto de la Escuela. Trabajamos en ese sentido con Pro Comunidades Indígenas de Paraguay y en Argentina se sumó a este objetivo la Coordinadora de Comunidades Mapuches.
-¿Cuáles son los contenidos de los talleres?
-Educación sexual y salud sexual y reproductiva. Este tema es transversal a otros, tiene que ver con la economía, la familia, la espiritualidad, el derecho a la tierra, si no tenés dónde vivir, dónde estar con tus hijos, dónde procrear, no podés subsistir y menos empoderarte. También realizamos talleres contra la discriminación y el racismo, hicimos uno muy importante en homenaje a la joven Qom Natalia Flores, asesinada en el Chaco. Hemos trabajado también con el equipo de la CEDAW.
-¿Cuál es la recepción de las mujeres?
-Las mujeres comprenden que no están solas, tanto las profesionales como aquellas que no saben leer ni escribir. Empiezan a contar sobre los que les pasa desde otro lugar, se animan a hablar de las violaciones, el problema con el alcohol. También se están animando a hacer cosas. En San Luis con el apoyo del gobierno provincial al CONAMI y el AIRA se instrumentaron becas, muchas mujeres tuvieron ingresos por primera vez y el impacto de ello las cambió. Fue un vuelco. Iniciaron emprendimientos con tejidos. Viajaron a ver a sus familias en los países limítrofes. En Salta también gestionamos unos planes trabajar e hicieron panaderías, huertas, tejidos, artesanías, es decir estas mujeres salieron de dónde estaban. Inclusive hay unas hermanas del Chaco y Formosa dispuestas a participar en política. Por otra parte, los talleres son para todos y todas y desde el primer encuentro que hicimos en hace dos años asisten varones. Les cuesta participar, pero lo están haciendo.
-¿Qué implica una institución itinerante?
-Implica dar talleres en cualquier lugar propuesto por el CONAMI, personas individuales, organizaciones de la sociedad civil. Si no conseguimos un lugar, lo hacemos en una plaza, es suficiente con un poco de yerba, agua para el mate y pan, nostras o quienes propongan el taller ofreceremos allí lo que sabemos. Con este espíritu estamos trabajando en una articulación con la Universidad Tecnológica del Chaco, nos van a ceder un espacio permanente para talleres. Esto es lo que hemos aprendido de las hermanas de otros países, a articular, ocupar lugares y organizar otras cosas. Las mujeres que participan en nuestros talleres van a sus comunidades y replican lo que han aprendido, no necesitan ser integrantes del CONAMI.
CONAMI ha logrado otras alianzas y tienen el mismo objetivo, que las mujer indígena conozca sus derechos y los ejercite con autonomía. Éstas son con el Foro Internacional de Mujeres Indígenas FIMI y la Coordinadora por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas CAPRI.