Leo que sólo un 2% de las mujeres ocupan posiciones de CEO en las compañías Fortune 500 al tiempo que la Unión Europea se pone seria cuando dice que si no ve avances implantará la cuota tan temida. La pregunta que me hacía hace unos días una alta directiva, era si creía que la crisis echaría por tierra los avances obtenidos o sería, como suele decirse habitualmente, una nueva oportunidad.Respondo que depende de dónde vengan los datos y de cómo ande mi espíritu, generalmente optimista, la ecuación la veo diferente. Me gustaría tener una respuesta científica, pero lo que veo es una especie de sube y baja según los parámetros con que se mida y el lugar geográfico que se tome.
¿Alcanza con repetir a l@s responsables de las empresas lo que los estudios indican y que tanto en EE.UU. como en Europa las compañías con equilibrio de género tienen un mejor desempeño y más beneficios económicos?
El aumento del protagonismo femenino trae, como es lógico, fracasos. Es una cuestión estadística. Y quienes ven en forma oblicua las consideraciones sobre el beneficio de un equilibrio mayor en los órganos directivos, disfrutan señalando los casos que no han funcionado.
Las investigaciones aportan datos, pero las crisis traen revisiones y lo que ayer fue ventaja puede ser lo contrario y viceversa una y otra vez. En definitiva, más allá de la evolución que hombres y mujeres hagan en sus «bagages de género», lo rico será que entre las idas y vueltas, las cartas queden echadas con aportes diversos y complementarios, miradas diferentes, resoluciones y toma de decisiones desde diferentes perspectivas.
Si algunas de las mujeres que triunfan lo hacen porque tienen «cualidades masculinas», probablemente necesitarán a su lado hombres y mujeres con «cualidades femeninas». De la misma manera ocurriría a la inversa, igual que se entiende que en un mercado global con jugadores de todas las culturas, creencias y costumbres, es bueno que el equipo sea «multicultural y diverso».
Hoy, que está tan en boga la necesidad de que las personas emprendan para equilibrar las falencias de un mercado que cada día deja en la calle a miles de personas, suelen darse consejos, claves, tips… sobre qué buscar en la persona con la que asociarse. Y esto no es demasiado diferente a lo que sucede en una empresa.
Porque también se dice que las empresas deben fomentar el espíritu emprendedor, y que cualquier emplead@ debería estar lo suficientemente estimulad@ para emprender dentro de una estructura empresarial, aunque no sea propia. Y eso, en tiempos de crisis, puede ser un valor superlativo.
Quien tenga las agallas de liderar a su manera, no importa el sexo, debería rodearse de un equipo que le aporte aquello de lo que carece. Y eso, si no lo sabemos, lo aprenderemos.