En 2002, un grupo de investigadores de la Universidad de Bath (Reino Unido) encontraron ciertas diferencias de género en el uso de Internet. Desde entonces la Red ha cambiado considerablemente, por lo que este año, los científicos han realizado un segundo estudio de seguimiento.
En 2002 los investigadores detectaron que los hombres se conectaban más a Internet que las mujeres, y que descargaban más material (películas, música) que ellas. Desde entonces han surgido Facebook y Twitter y se han desarrollado los «teléfonos inteligentes».
Esos cambios llevaron a algunos observadores a predecir que las diferencias por género desaparecerían y llegarían a la «feminización» de internet. Otros analistas han sostenido que las diferencias en Internet simplemente reflejan las que hay en la sociedad en general, y que por tanto se mantendrían.
Además de la diferencia de género, en 2002 se analizaron dos factores que, se creía, podían predecir el uso de Internet: la «ansiedad de Internet» y la «identificación de Internet». Este último se define como la «importancia de la capacidad de un individuo para utilizar internet para su autoconcepto».
La ansiedad de Internet se puede definir como un «temor anticipado e irracional evocado por pensar utilizar en Internet (o directamente por lo mismo), cuyo efecto es evitar o minimizar el uso de Internet. En 2012 se han vuelto a analizar estos rasgos de comportamiento.
Resultados de la investigación
Los estudiantes empezaron a utilizar Internet, de media, a los 11 años de edad, y en la actualidad pasan aproximadamente 3,4 horas al día conectados a Internet, sin diferencias de género. Se examinó el número y porcentaje de hombres y mujeres que tenían un ordenador, una tableta, un teléfono inteligente, un e-book, una dirección de correo personal, un perfil en una red social y una cuenta de «microblogging» y tampoco se encontraron diferencias de género en ninguno de estos elementos.
Dónde sí aparecen diferencias es en el tipo de contenidos que se visitan.
Los varones utilizan Internet para más cosas que las mujeres. Por ejemplo, para juegos online, apuestas, descargar música y vídeos, y escuchar música. También para visitar webs con «contenido para adultos» y para conseguir información sobre productos. Las mujeres, por el contrario, lo utilizan más para comunicarse con otras personas: correo electrónico, teléfono, redes sociales. La excepción son los grupos de noticias, que los utilizan más los hombres.
Las mujeres utilizan internet para reservar viajes algo más que los hombres, mientras no hay diferencias en temas de salud o de asuntos referidos a bancos.
El otro objetivo del estudio fue examinar la relación de la identificación de Internet y la ansiedad de Internet con el uso de Internet. El resultado es que, a mayor identificación, mayor variedad de la utilización de la Red, y más número de horas. La relación entre la ansiedad y la utilización era menos significativa.
Se exarcerban las diferencias
El estudio concluye que la diferenciación entre hombres y mujeres es más clara en el estudio actual de lo que era hace diez años, porque entonces no se encontraron diferencias de género en la utilización de Internet para la comunicación.
Los resultados indican que en lugar de trascender o superar las diferencias de género de la sociedad en general, la utilización de Internet por parte de hombres y mujeres parece reflejar, y en algunos casos incluso exacerbar, esas tendencias más amplias.