El Banco Mundial, dentro de su programación de temas de impacto económico, acaba de presentar en Colombia el ‘Informe sobre el desarrollo mundial: igualdad de género y desarrollo 2012’. Este fue un trabajo que tomó un año y que originó dos informes, uno a nivel global y otro latinoamericano, en el que se evidencia la situación actual de las niñas y mujeres desde diferentes tópicos de raza, nivel cultural y posición social.
Al respecto, Ana Revenga, la directora del Grupo de reducción de pobreza y Equidad, y quien coordinó el estudio, habló con Portafolio de cifras como que cada año, en países pobres del mundo, mueren 4 millones de ellas que no morirían en naciones desarrolladas.
¿Qué papel juega la mujer en el progreso?
Debemos decir que la mujer siempre ha sido importante para el desarrollo de los pueblos, pero ese reconocimiento de su papel en la sociedad o la economía se ha acelerado en los últimos 30 a 20 años, suscitando cambios más rápidos en los países en vía de desarrollo, que lo que históricamente se ha visto es países desarrollados, donde esos cambios han tomado mucho más tiempo.
¿En qué aspectos se ha visto un progreso notorio en materia de igualdad de género?
El informe aborda especialmente el tema de la educación, en el que se nota una gran inversión e interés de los gobiernos por avanzar en ello cerrando la brecha de una manera realmente dramática.
Por ejemplo, en un país como Marruecos, que es musulmán, en el que uno no necesariamente se espera que haya un avance enorme, en poco menos de 10 años se han acortado las diferencias al conseguir la educación básica universal para las niñas, algo que en Estados Unidos duró 40 años.
¿Qué ha permitido que esas brechas se cierren?
Yo creo que la globalización ayuda porque ha creado opciones de empleo y oportunidades económicas dónde muchas de ellas han sido para mujeres. La tecnología ha cambiado la relación entre hombres y mujeres.
Así como la importancia de la fuerza física y yo creo también que el flujo de información ayuda a que las normas culturales y sociales sean más permeables, siendo ese conjunto de factores es el que hace que se hayan acelerado los cambios.
Entonces, ¿qué aspectos marcan hoy las diferencias de género?
Hablamos de esa aceleración de los cambios positivos, pero al mismo tiempo, y el informe lo deja claro, existen brechas de género que persisten.
En primer lugar, las brechas básicas en educación y acceso a servicios de salud.
Por ejemplo, en algunos países estas diferencias entre hombres y mujeres se han acortado, pero no para todos los grupos de mujeres.
Hay poblaciones discriminadas en las que, además, se poseen problemáticas como la pobreza, pertenecer a una minoría étnica o vivir en una región remota que acentúa esas diferencias.
Ahora, a niveles menos básicos, la brecha se da en el acceso a oportunidades económicas.
La mujer asalariada no suele estar en los mismos cargos que el hombre y su remuneración cuando ocupa el mismo puesto y con las mismas capacidades es más baja.
En ello podemos decir que en Colombia esto se evidencia en un 20 por ciento menos, pero es mayor en muchos países.
Otra brecha está en el acceso a los insumos productivos o al crédito, que es menor para la mujer. Igualmente, ellas suelen gestionar empresas más pequeñas, en sectores menos relevantes y menos productivos.
¿Cómo ayuda en las políticas de gobierno el estudio?
Con el informe estamos intentando mostrar una realidad empírica rigurosa y mover un diálogo sobre una plataforma que no sea sólo de derechos, sino también económica.
Los gobiernos deben evaluar los talentos, las habilidades de las mujeres y analizar el costo económico que esto tiene, que cada vez será mayor en un mundo globalizado.
Entonces, el mensaje es que invertir en igualdad de género es una buena política económica que aporta al crecimiento, por lo que debe ser un tema prioritario de las administraciones.
UN PAPEL DECISORIO DE LA MUJER APORTA A LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD
Según el estudio, se comprueba que si la mujer pudiera participar más en la tenencia de tierra, la productividad aumentaría entre un 11 y un 20 por ciento, en países como África.
En lo que respecta a la producción agrícola mundial, esta ascendería entre el 4 y 4,5 por ciento y esto en un contexto donde hay mucha presión sobre los precios y la balanza comercial. Ahora, en el sector empresarial, las ganancias crecerían, en un país como Colombia, de un 8 a un 10 por ciento.
Otro canal que se beneficia con la capacidad decisoria de la mujer es el desarrollo de las nuevas generaciones, ya que cuando intervienen en la economía del hogar, se gasta de forma que se beneficia más los hijos, en temas de educación, nutrición y salud.
Así mismo, cuando la mujer ejerce en los gobiernos locales y centrales se destina mayor inversión a políticas que beneficien a las comunidades, la infraestructura y la sociedad.