Por Silvia Salinas Mulder
Co-fundadora FuturaLab
En el imaginario colectivo las mujeres son seguidoras e implementadoras de las grandes ideas y proyectos de los hombres. No son concebidas como líderes y menos como creadoras o inventoras. El campo de las grandes ideas, aquellas que cambian la vida, aquellas que hacen historia, corresponde a los hombres.
Puedes hacer la prueba y buscar frases de mujeres sobre innovación….hallarás un enorme “silencio”, como si las mujeres no hubiesen hecho ni dicho nada. Buscando con mucho empeño se encuentra alguna frase de Coco Channel… La invisibilización de las mujeres como inventoras, científicas e innovadoras, es generalizada, y desconocemos las grandes contribuciones femeninas que han cambiado el mundo y que hoy hacen parte de nuestra vida cotidiana, como las siguientes 33 cosas que no sabías que fueron inventadas por mujeres.
El pasado 26 de abril se celebró el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, este año dedicado a las mujeres bajo el título “Artífices del cambio: Mujeres en la Innovación y Creatividad”. Más de 300 actividades se desarrollaron a nivel mundial, y desde América Latina distintos países como Argentina, Chile, Paraguay, Colombia y México también se sumaron. En el caso de Bolivia, mi país, fue la primera vez que se adscribe a la celebración de este día, a partir de una actividad promovida por la nueva empresa FuturaLab -dedicada a la innovación y con énfasis en la innovación social- en alianza con la Cámara de Mujeres Empresarias y Emprendedoras de Bolivia, filial La Paz. Así, alrededor de 40 mujeres de distintos sectores compartieron un conversatorio titulado “Liderando el cambio: Mujeres, Innovación y Propiedad Intelectual”.
Sin duda visibilizar y valorar a las mujeres innovadoras se convierte hoy en un imperativo si queremos cambiar el orden de género, al mismo tiempo que incidir para que las mujeres tengan las mismas condiciones y oportunidades para desarrollar su potencial creador: “En lo que se refiere al emprendimiento y la innovación, las mujeres frecuentemente deben sobreponerse a obstáculos adicionales para llevar sus ideas a la acción, fundar y crecer sus startups, levantar capital de riesgo, registrar patentes, etc.”[1]
Más allá de la mirada desde la equidad y justicia social, que es la motivación central de este artículo, no deja de ser importante el conocer sobre los impactos positivos que el reconocimiento y valoración de las mujeres innovadores conlleva para la eficiencia en el empleo de los recursos y con el impulso del crecimiento económico. La consultora Rocío Lorenzo realizó una investigación sobre el papel de la diversidad en la innovación y, en concreto, la influencia que tiene la presencia de mujeres en los puestos de dirección sobre el nivel de ingresos procedentes de la innovación en las empresas. Los resultados son sorprendentes, tan sorprendentes como las resistencias que aún persisten a la incorporación de mujeres a puestos directivos y de decisión, a pesar de la evidencia tan contundente:
“Las empresas con más mujeres en puestos de dirección son más innovadores independientemente de las condiciones del entorno al que se enfrentan. No obstante, encuentran que no vale solamente con incorporar testimonialmente a alguna mujer. Por el contrario, esa relación entre el papel de la mujer y la innovación se nota solamente si, al menos, se supera una cifra de alrededor de un 20% de mujeres en puestos de dirección.”[2]
La importancia de la relación de las mujeres con la innovación desde una perspectiva de transformación e igualdad tiene una otra arista, porque si se trata de “innovar o morir” en el mercado, para las mujeres también se trata de innovar para no morir…La innovación puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las mujeres, el ejercicio de sus derechos y la reducción de las desigualdades.
Es más, puede ayudar a prevenir violencia y feminicidios. Así por ejemplo, se plantea que “el ciberfeminismo es una cooperación entre mujer, máquina y nuevas tecnologías. La relación entre la tecnología de la información y la liberación de la mujer viene de antiguo” (Sadie Plant).[3] Con relación a la violencia, cada vez más las y los activistas por los derechos de las mujeres “usan internet, teléfonos móviles y otras tecnologías para fortalecer sus campaña y sus actividades de incidencia, para expandir sus redes, prevenir violaciones y prestar apoyo al cuidado y sanación de las supervivientes”.[4]
Creo que la innovación puede ser una herramienta potente para transformar las desigualdades de género, y es a su vez un campo en el que el potencial y contribución de las mujeres debe reconocerse, visibilizarse y valorarse. El limitado acceso de las mujeres a niveles de decisión, así como las brechas salariales persistentes, son una alerta de que el camino aun será largo y arduo. Pero hay que sumarse y liderar los cambios hacia el futuro. Durante 28 años he trabajado en temas de género, derechos y desarrollo. Poco a poco se me fue haciendo evidente la urgencia de repensar cómo percibimos “la” realidad, desde dónde, y las maneras muchas veces repetitivas e inefectivas con las cuales intentamos solucionar los problemas recurrentes, con estrategias muy convencionales y que ya han demostrado no producir los cambios deseados. La comodidad de la rutina, la falta de confianza en una misma, la fuerza del orden establecido, así como la seguridad de la “zona de confort”, opacan nuestro potencial creador, innovador, y por ende transformador. Entonces, ¿te atreves a dar vía libre a tu YO innovador?
[1] https://blogs.iadb.org/puntossobrelai/2017/07/14/mujeres-en-la-ciencia-que-no-estamos-midiendo/#.WtfXC2e8afA.facebook
[2] https://hablemosdeempresas.com/2018/02/06/papel-mujeres-innovacion/
[3] http://e-mujeres.net/apuntes-sobre-ciberfeminismo/
[4] https://www.apc.org/sites/default/files/FactSheetVAWICTs_ES_0_1.pdf