Ante la ley todos somos iguales… o deberíamos serlo. Lo cierto es que en el sistema penal persisten las diferencias y una de ellas es la de género: hombres y mujeres no son tratados igual por los jueces en los casos de homicidios conyugales o de pareja . Esa es la primer conclusión de un estudio financiado por UNIFEM (una oficina de las Naciones Unidas) y que, a través de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación, será utilizado para la capacitación de magistrados .La investigación fue realizada por la socióloga Silvia Chejter, del Centro de Encuentros Cultura y Mujer, y la abogada Marcela Rodríguez, del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas. Ambas analizaron 144 sentencias, con mujeres y hombres imputados de este tipo de homicidios (incluidas las tentativas). La mayoría (102) fueron dictadas por los 30 tribunales de Capital entre 1993 y 2010.
“Las estadísticas convergen: los riesgos de ser asesinadas por sus parejas masculinas son más elevados para las mujeres que viceversa ”, comienza el informe. En números: 66% contra 34%.
“Si bien hay más condenas contra varones que contra mujeres, la tendencia se invierte a la hora de valorar la pena: a los hombres se los beneficia con más atenuantes . Paradójicamente, a veces los antecedentes de violencia previa son usados como atenuantes”, explicó Chejter a Clarín .
Un crimen dentro del matrimonio puede ser penado con prisión perpetua, aunque es posible contemplar “circunstancias especiales de atenuación”. La investigación de Rodríguez y Chejter revela que esos atenuantes se aplican mucho más a hombres que a mujeres .
De 25 sentencias con varones imputados por el homicidio de sus cónyuges, sólo en cuatro los jueces impusieron la pena de prisión perpetua. En cambio, en el caso inverso, de 11 casos con mujeres imputadas, en 5 se las sentenció a la máxima pena .
“Habitualmente los tribunales carecen de conocimientos específicos para apreciar la percepción del peligro de las mujeres que han padecido historiales de violencia y que se enfrentan a una ‘agresión actual o inminente’”, dice el informe.
Otra conclusión: “La lectura de las sentencias muestra que los varones matan a sus parejas como una estrategia de apropiación, control o sentimiento de pérdida de una posición de dominio . Mientras, para las mujeres, el acto homicida es en la mayoría de los casos una estrategia de protección o de autopreservación, una reacción de sobrevivencia”.