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Ángela Ruiz Robles

Angela Ruiz Robles

Aunque la historia se demoró en reconocerle su invento, Ángela Ruiz Robles fue la primera persona en crear un aparato que anticipó la tableta digital.
Ángela Ruiz Robles
(Villamanín, 1895-Ferrol, 1975) fue una inventora, maestra y escritora española.  Creó una enciclopedia mecánica que bien podría considerarse como el primer libro electrónico de la historia, adelantándose en veinte años al dispositivo diseñado en 1971 por el estadounidense Michael Hart y en más de medio siglo a los actuales e-books. Realizó sus estudios superiores en la Escuela de Magisterio de León, donde impartió sus primeras clases de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil entre 1915 y 1916.

Terminó sus estudios superiores de Magisterio en León, donde impartió sus primeras clases de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil, entre 1915 y 1916.

En 1917 fue docente y directora en la Escuela de Gordón, en León. En 1918 obtuvo la plaza de maestra en Santa Eugenia de Mandiá, una aldea próxima a Ferrol. Estuvo allí hasta 1928. El 18 de diciembre de 1925 recibió «una distinción especial por sus indiscutibles méritos en agradecimiento a su dedicación y la atención desinteresada» promovida por sus convecinos.​ En 1934 realizó una importante labor como gerente de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio. En 1945 fue profesora de la Escuela Obrera gratuita. En 1948 enseñó taquigrafía, ortografía, gramática y mecanografía en el Colegio Ibáñez Martín. En 1959 accedió al cargo de directora, que mantuvo hasta su jubilación.

Entre 1938 y 1946 escribió, dio conferencias, editó y reeditó la mayor parte de su obra científica, un total de dieciséis libros.4​ Sus tres primeros son: Compendio de ortografía castellanaOrtografía castellana y Taquigrafía martiniana abreviada moderna. Impartió clases a opositores de aduanas, correos, telégrafos y para el ingreso en altos estudios mercantiles en la academia para adultos de su propiedad, Elmaca.

Conoció una educación enfocada en el memorizar y recitar, que le resultó muy ajeno a su forma de pensar la pedagogía. Su día lo dedicaba a hacer clases en un colegio, y luego a obreros y personas analfabetas en las tarde de forma gratuita.

A los 40 años se quedó viuda y se mudó a Ferrol del Caudillo, donde comenzó a desarrollar su lado de inventora por las noches. Uno de sus principales intereses era ver cómo la educación se había quedado atrás con los avances tecnológicos de la época. Ángela se abocó a descubrir métodos de aprendizaje más atractivos y visuales para los alumnos. Fundó una escuela privada para poner en práctica sus conocimientos pedagógicos, donde su método fue tan efectivo, que el Estado español la premió en 1947 con la Cruz de Alfonso X El Sabio y luego fue reconocida en diversos países europeos por su labor.

Ángela registró su primer invento en 1949, un soporte de lectura, un libro mecánico con láminas interactivas, donde con el toque de un dedo sobre una parte del cuerpo de un cerdito flautista, se iluminaba una frase como “Multiplicar X es aumentar”. Este invento anticipó el hipertexto, y la posibilidad de que una pantalla fuera la entrada a diferentes contenidos con los cuales se pudiera interactuar.

En 1962 patentó “La Enciclopedia Mecánica”, la precursora del ebook, que era un pequeño maletín con bobinas de diferentes contenidos, que se intercambiaban según el tema de estudio. Ella vislumbró que las técnicas audiovisuales reemplazarían el papel, y se centró en una nueva visión del libro como un lugar de aprendizaje basado en la interacción.

Nunca encontró el financiamiento para crearlo, y la historia la olvidó cuando por muchos años se le adjudicó a Michael Stern la invención del libro electrónico.

Etapa como inventora

Entre 1944 y 1949 llevó a cabo varios proyectos. En 1944 realizó el proyecto del atlas científico-gramatical, con la finalidad de dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética. Después realizó el proyecto de la máquina taquimecanográfica.

En 1949 desarrolló la primera propuesta de enciclopedia mecánica. Patentada con fecha 7 de diciembre de 1949, según la patente núm. 190.698. En 1962 se realizó un prototipo de la enciclopedia mecánica, construido en el Parque de Artillería de Ferrol (La Coruña), siendo ella misma quien dirigió los trabajos. Desde el 2006, la Enciclopedia formó parte de la Exposición del Museo Pedagógico de Galicia (MUPEGA)​ en Santiago de Compostela (La Coruña) hasta el 4 de mayo de 2012, que pasó a la Exposición permanente del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña.

Descripción de la enciclopedia mecánica

Abierta, consta de 2 partes: en la de la izquierda lleva una serie de abecedarios automáticos, en todos los idiomas, con una ligerísima presión sobre un pulsador se presentan las letras que se deseen, formando palabras, frases, lección o tema y toda clase de escritos. En la parte superior de los abecedarios lleva a la derecha una bobina con toda clase de dibujo lineal, y en la de la izquierda otra con dibujo de adorno y figura. En inferior de los abecedarios, un plástico para escribir, operar o dibujar. En el interior, un estuche para guardar asignaturas.
En la de la derecha van las asignaturas, pasando por debajo de una lámina transparente e irrompible, pudiendo llevar la propiedad de aumentos, pueden ser estos libros luminosos e iluminados para poder leerlos utilizando la propia luz. A la derecha e izquierda de la parte por donde pasan las materias lleva dos bobinas, donde se colocan los libros que se desee leer en cualquier idioma; por un movimiento de los misma van pasando todos los temas, haciendo las paradas que se quieran o queda recogido. Las bobinas son automáticas y puede desplazarse del estuche de la Enciclopedia y extenderse, quedando toda la asignatura a la vista; puede estar sobre una mesa (como los libros actuales) o perpendicular, facilitando comodidad al lector, evitando con ello gran número de esfuerzos intelectuales y físicos. Todas las piezas son recambiables.

Cerrado, queda del tamaño de un libro corriente y de facilísimo manejo. Para autores y editores el coste de sus obras se aminora considerablemente, por no necesitar ni pasta ni encuadernado y queda impresa de una tirada, o cada una de sus parte (si consta de varias), resultando este procedimiento un bien general.​​

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