Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), no ve otra alternativa a las estrictas políticas que se están imponiendo en muchos países de la periferia de Europa. Ella dice que la recaída en la recesión anunciada de forma reciente en Italia y en Irlanda no es una sorpresa, y añade que las reformas anunciadas por el FMI desplazarán un 6% de las cuotas actuales a países emergentes y en desarrollo en que se observa un gran dinamismo. Lagarde hizo estos comentarios durante una entrevista concedida recientemente a Knowledge@Wharton y al medio asociado ParisTech Review, ahora que los BRIC exigen mayor poder de voto en compensación por las mayores contribuciones financieras solicitadas por el FMI. «No hay duda de que los BRIC estarán entre los beneficiarios de esas cuotas adicionales», que van desde poder de voto a contribuciones financieras, dice Lagarde. Además, el FMI introducirá un nuevo modelo de evaluación de las tasas de cambio en el mundo a finales de año. Lagarde confirmó que el fondo debería elevar «un poco» las estimaciones de crecimiento de EEUU para 2012, que están actualmente en un 1,8%, en la reunión del FMI y del Banco Mundial que empezó el 16 de abril.
Después de una notable carrera en el área jurídica y de servicios de consultoría, Lagarde fue nombrada ministra de Comercio Exterior de Francia convirtiéndose más tarde en la primera mujer en ocupar el ministerio de Finanzas y de Economía de un país del G-7. Según Forbes, Lagarde es la novena mujer más poderosa del mundo (justo después de Michelle Obama) y la 39ª persona más poderosa de la lista combinada de hombres y mujeres.
A continuación, una versión editada de la entrevista de Christine Lagarde.
Knowledge@Wharton: Hemos sabido hace unas semanas que la recesión ha vuelto a Italia e Irlanda. ¿Ve alguna posibilidad de contagio? ¿Sería una señal de que la perspectiva mundial, que antes estaba mejorando, parece ahora debilitada?
Christine Lagarde: Frente a la frágil recuperación que hemos observado desde enero, siempre hemos creído que Europa y la zona euro, en particular, experimentarían una leve recesión. Los países que están impulsando la recesión actualmente son, sin lugar a dudas, Irlanda, Grecia, Portugal e Italia. Por eso, no estamos sorprendidos. Forma parte de un proceso que ya habíamos anticipado y pronosticado para 2012.
Knowledge@Wharton: En ese sentido, la austeridad ha sido una de las principales palancas a las que Europa ha recurrido para hacer frente a la crisis. ¿Cree que los líderes europeos se han concentrado de forma exagerada en la austeridad y la han llevado demasiado lejos? ¿No debería haber un equilibrio mayor entre austeridad y estímulo?
Lagarde: Si todo el mundo adopta el mismo ritmo de austeridad, toda la región se ve amenazada. Lo que siempre defendemos, por lo menos en los últimos seis meses, es la necesidad de un mejor equilibrio en la región, sobre todo en lo que concierne a las economías avanzadas. Es preciso que haya también un equilibrio más adecuado entre las medidas de austeridad necesarias y las medidas de facilitación del crecimiento. Por lo tanto, es obvio que no podemos adoptar un único modelo para todos los casos.
Algunos países pueden perfectamente relajar un poco la política de austeridad adoptada; otros, no. Grecia, por ejemplo, es un país que no puede relajar de ninguna manera las medidas tomadas. Italia es otro.
Knowledge@Wharton: Está dando un pequeño margen a España.
Lagarde: No es eso. El hecho es que hay países que necesitan adoptar una política brutal de reducción del déficit para sanear las finanzas públicas. La periferia de la zona euro está sin duda alguna amenazada en ese sentido. Pero hay también países muy equilibrados que pueden dejarse llevar por los estabilizadores automáticos. Ellos consiguen soportar el aumento de los gastos del sistema de bienestar social sin necesitar compensar los reducidos ingresos resultantes de su situación económica. Otros incluso —no muchos, desafortunadamente— pueden reducir el ritmo, relajarse, y dejar que la recuperación gane fuerza. Están en ese caso, probablemente, algunos de los grandes países europeos.
Knowledge@Wharton: ¿Está diciendo que está de acuerdo con la situación actual?
Lagarde: En lo que se refiere al diagnóstico, coincido en señalar que la austeridad no debe ser el foco exclusivo de atención. No debe ser el tema predominante en la región en lo que concierne a la política económica. También coincido en que el crecimiento es factor fundamental no sólo para dar el impulso necesario a la recuperación, sino también para mantenerla, tal y como ha estado sucediendo en algunos países. De lo contrario, el proceso se vuelve bastante complicado.
Knowledge@Wharton: ¿No hay medidas demasiado austeras a corto plazo, y que deberían ser extendidas de forma más homogénea a medio y a largo plazo?
Lagarde: Depende de la situación. Algunos países necesitan ajustes más rigurosos para poder salir de la situación en que se encuentran.
Knowledge@Wharton: Ha dicho que Europa necesita mayor integración y cortafuegos más amplios.
Lagarde: Yo dije eso cuando aún no estaban todos los elementos sobre la mesa, pero ahora…
Knowledge@Wharton: Ya están ahí.
Lagarde: Casi.
Knowledge@Wharton: La cuestión es saber lo que significa, de hecho, una integración más profunda. ¿Cuáles son los objetivos de una integración de medio y de largo plazo?
Lagarde: La profundización de la integración es un acontecimiento reciente. Se ha vuelto muy necesario para la consolidación de la zona monetaria. Nos acabamos de encontrar con cosas que eran totalmente inesperadas y casi inimaginables hasta hace 18 meses. Para una mejor integración, es preciso que haya una combinación de coordinación fiscal sólida con disciplina real impuesta a los miembros, inclusive sanciones que no sean sólo aplicables, sino que sean aplicadas si las reglas son violadas.
Knowledge@Wharton: ¿Con eso habría los índices de PIB que se necesitan alcanzar en lo referente a los déficits y deudas en general?
Lagarde: Sí. Se añadieron a lo que ya había sido planeado para el pacto de crecimiento y de estabilidad, pero en pequeña escala por medio de medidas que garanticen su implementación. El aumento que han hecho ellos es también un aspecto preventivo del pacto, ya que trabaja con medidas anticipatorias y puede ayudar, de hecho, a los miembros cuyo comportamiento tiende a llevarlos a violar las reglas, entre ellas, por ejemplo, el límite del 3% del déficit y del 60% para el cociente de la deuda/PIB. Por lo tanto, es algo bueno.
Respecto al perfeccionamiento de la integración, hay una institución cuyo papel ha merecido ocupar un lugar destacado por su reciente importancia: el Banco Central Europeo. En primer lugar, redujo el número de garantías para proporcionar un servicio de mejor calidad a sus miembros. En segundo lugar, el BCE hoy concede una liquidez mucho mayor a los bancos, de manera que puedan no sólo financiarse a sí mismos, sino también aprovisionar de crédito los mercados evitando un desapalancamiento negativo, lo que nadie quiere.
La integración por excelencia sería aquella en que los países compartieran algún tipo de pasivo financiero. Eso se daría por medio de títulos en euros o de un instrumento común que uniría los países en lo que se refiere a los préstamos tomados. Eso todavía no es realidad. Creo que algunos de los Estados miembros tendrían que mejorar su situación y su competitividad. Ellos tendrán que rendir cuentas de los atrasos que sean víctimas, de los que se infligieron a sí mismos, de lo que hagan de forma equivocada o cuando simplemente dejen de hacer algo que deberían haber hecho. Cuando eso suceda, podríamos esperar que la integración fiscal y el pasivo conjunto se hagan realidad.
Knowledge@Wharton: Ha habido mucha resistencia en ese sentido.
Lagarde: Es verdad.
Knowledge@Wharton: La idea de los eurobonos asusta a mucha gente. A su entender, sin embargo, si los miembros de la zona euro trabajaran juntos en eso, todo sería más fácil.
Lagarde: Observamos un gran avance en esa área. Hace dieciocho meses, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker y el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti, propusieron la emisión de eurobonos en un artículo que escribieron juntos para Financial Times. La canciller alemana Angela Merkel fue totalmente contraria a la idea. Ahora, ella ya no piensa así, tanto que Merkel —o su ministro de Finanzas— ya está diciendo: «Bien, ahora no, pero en el futuro, ¿por qué no?» Cinco economistas alemanes muy respetados elaboraron una propuesta cuya aplicación podría perfectamente generar algún tipo de responsabilidad conjunta entre los países.
Knowledge@Wharton: Sería un cambio.
Lagarde: Sí, sería un cambio tremendo.
Knowledge@Wharton: ¿El FMI contribuiría para que hubiera una mayor integración entre los países? ¿O eso es algo que los europeos tendrían que hacer por su cuenta?
Lagarde: Eso es algo de ellos. Así tiene que ser. Es un problema que ellos necesitan asumir. Todo lo que podemos hacer es identificar, y demostrar por medio del equipo de grandes especialistas que tenemos en nuestra institución, los beneficios de hacerlo y las desventajas de no hacerlo.
Knowledge@Wharton: ¿Si contribuyeran al fondo de estabilidad, la integración no ocurriría de forma más suave?
Lagarde: Bien, en algún momento vamos a formar parte del cortafuegos, pero no vamos a restringirnos a Europa. Todos tendrán que tener su propio cortafuego, y espero que veamos algunas medidas en breve. [El día que Lagarde concedía esta entrevista, los ministros de Finanzas de lo zona euro acordaron finalmente aumentar el tamaño de las reservas hasta 700.000 millones de euros].
El FMI es una institución multilateral. Necesitaremos más poder ejecutivo para prestar asistencia no sólo a la zona euro, sino también a cualquier país fuera de esa área que pueda ser víctima del resurgimiento de la crisis.
Knowledge@Wharton: ¿Es posible a medio y a largo plazo que la zona euro conserve la moneda común sin una integración política más profunda?
Lagarde: Es difícil saber lo que nos deparará el futuro. Pero podemos decir que eso ayudaría a fortalecer la moneda común y se volvería mucho más sostenible y segura. No sé si podríamos llamarlo integración política, pero no hay duda de que necesitamos una integración económica y fiscal más profunda.
Knowledge@Wharton: En España, el desempleo entre los jóvenes es de cerca del 50%. Ya se ha manifestado al respeto, habló sobre su importancia. ¿Habría políticas específicas que pudieran ayudar a corregir esa situación además de aquellas que estimularían la economía en general contribuyendo a su recuperación?
Lagarde: A todos nosotros nos gustaría tener una varita mágica para crear empleo. Eso es lo que todos queremos. No es suficiente con crecer, es preciso que haya empleo también, que las personas no estén en la calle. Se les debe garantizar la oportunidad de expresarse en el mercado laboral y de hacer valer su dignidad por el trabajo. Aparte de estimular el crecimiento y la situación económica, que garantizan la creación de empleos, no hay receta mágica. Se trata, así pues, de una cuestión de importancia crucial.
Hablamos siempre sobre crecimiento. En el pasado hubo ocasiones en que había crecimiento, pero no había empleo. Era un crecimiento dirigido exclusivamente hacia una élite muy pequeña de la sociedad. Cuando pensamos en un país como España, entre otros, vemos que es el trabajo lo que, de hecho, produce crecimiento. Un trabajo que sea lo suficiente inclusivo y que ayude, realmente, a mantener la química que une la sociedad.
Knowledge@Wharton: No puede haber crecimiento en un sólo sector, como el sector financiero, por ejemplo.
Lagarde: De ninguna manera.
Knowledge@Wharton: ¿Cómo ve la evolución del papel del FMI en lo referente a las cuestiones económicas globales en el transcurso de los próximos años?
Lagarde: Mi preocupación y ambición constantes consisten en garantizar que el FMI continúe jugando un papel importante para sus miembros. Para que eso suceda, necesita representar sus intereses y, por lo tanto, debe ser un órgano digno de confianza desde el punto de vista institucional y de calidad. Tenemos que representar a nuestros miembros, ofrecerles una asesoría de calidad, un servicio de calidad, así como una asistencia técnica y una supervisión de calidad que nos conviertan en una institución siempre relevante.
El papel del FMI está evolucionando y tenemos que ser lo suficiente ágiles para que podamos aprender con las lecciones de la crisis. Por ejemplo, la práctica tradicional del FMI siempre fue la de realizar lo que llamamos consulta del Artículo Cuatro. Se trata de ejercicios bilaterales en que nos metemos en la piel de un país para detectar si las políticas económicas presentaban la combinación exacta que deberían tener y si podemos recomendar soluciones y opciones mejores. Ahora, debido a la crisis financiera, penetramos más a fondo en la supervisión multilateral y en el estudio de los efectos de contagio. La crisis financiera puede haber afectado a un país específico, pero ha afectado también a otros países. ¿De qué forma se produce el contagio? ¿Con qué rapidez ha contaminado al resto? ¿Por qué se propagó con tanta rapidez en esos segmentos específicos?
El FMI puede contribuir en ese sentido, porque dispone de un banco de datos enorme de cerca de 187 países pertenecientes a la institución. Somos un órgano de supervisión bastante privilegiado, porque tenemos acceso a datos. Podemos analizar la situación y después ofrecer a los miembros informaciones que les serán útiles. Por lo tanto, evolucionamos en el sentido de una supervisión más eficaz y holística de la situación económica.
Por eso, necesitamos más dinero [risas].
Knowledge@Wharton: ¿De qué manera el FMI puede crecer en credibilidad y calidad?
Lagarde: Credibilidad tiene que ver con la representatividad de la institución y con la adjudicación de cuotas, por eso es también un factor de nuestras actividades de gestión. ¿La dirección ejecutiva reflexiona, de hecho, sobre lo que piensan los miembros de la institución? Tenemos que representarlos y parecernos a ellos. Eso exige diversidad en el equipo respecto al sexo, origen geográfico, manera de pensar y origen cultural. Eso ayuda a construir la credibilidad.
La calidad no es mero subproducto, porque está íntimamente vinculada a la cuestión de la diversidad. El FMI debe tener la capacidad de juntar personas de diferentes orígenes, de regiones distintas del mundo para que discutan los problemas con que tienen que lidiar. Creo que eso es una prueba importante para la relevancia de la institución.
Knowledge@Wharton: El FMI siempre ha estado dominado por los países industrializados de Occidente. ¿Cómo ve el papel de los BRIC, especialmente de China y de India en el FMI?
Lagarde: Los BRIC juegan un papel cada vez más importante. Tiene que ver, tal y como yo decía respecto a la credibilidad, con la evolución de esos países. Eso lo vemos de forma más clara en tres áreas. La primera de ellas tiene que ver con nuestro personal. ¿Cuántos trabajadores del FMI son originarios de India o de China? Eso vale para la institución en general, pero también para la directiva.
¿Cuántas personas del sector administrativo proceden de China y de India? Hay varias. Acabo de nombrar a un chino para la secretaría del consejo. Uno de mis directores gerentes interinos es chino. Entre los principales líderes de la institución tenemos varios economistas indios talentosos que dirigen departamentos claves, como el departamento estratégico. Eso en un primer nivel.
En un segundo nivel, tenemos cuota y voz. Se trata de un fenómeno en evolución porque estamos en medio de la reforma de cuotas, en que habrá un desplazamiento del 6% de la cuota actual hacia países emergentes y en desarrollo en que se observa un gran dinamismo, conservando, al mismo tiempo, las cuotas de participación y el poder de voto de los miembros más pobres. No hay duda de que los BRIC estarán entre los beneficiarios de esas cuotas adicionales y, como consecuencia de la reforma, todos estarán entre los diez principales países de la institución en lo referente a las cuotas.
El tercer nivel, que no considero tan importante, pero que marca diferencia, tiene que ver con que ocupen, o no, un asiento en el consejo. Y lo ocupan. Brasil está representado, así como Rusia, India y China.
Knowledge@Wharton: ¿Cuál es el papel del FMI en la producción de un mejor equilibrio entre las tasas de cambio, por ejemplo, para una posible revaluación del yuan respecto al dólar y al euro?
Lagarde: Es curioso que se restrinja exclusivamente a esas monedas, porque nuestro trabajo consiste en evaluar la tasa de cambio adecuada —y decir lo que pensamos respecto a eso— para los 187 países miembros de la institución. Nosotros lo hacemos a través de modelos apropiados, recogida de datos, comparación y análisis de incontables datos, inclusive de la cuenta corriente. Se trata de una tarea ingrata, porque no damos alegrías a nadie. Todos se ven en un plano superior o inferior, y nuestra evaluación no es necesariamente bienvenida o bien recibida. Sin embargo, nosotros la realizamos según aquello que sabemos, que observamos, que podemos recopilar y que nos permite crear modelos. Estamos en proceso de redefinición y de actualización de nuestra metodología. Posiblemente a finales de 2012 ya tengamos una nueva metodología y un nuevo modelo de evaluación de las tasas de cambio.
Knowledge@Wharton: Me gustaría saber si el FMI elevará la tasa de crecimiento proyectada para EEUU en su próxima reunión. Actualmente, creo que el porcentaje de crecimiento previsto es del 1,8%.
Lagarde: Tal vez lo aumentemos un poco, pero será preciso paciencia, porque la reunión sólo tendrá lugar de aquí a tres semanas. Es preciso reconocer que las señales son buenas. Los números son interesantes, principalmente en lo que concierne al desempleo y a algunos otros indicadores importantes. Se están midiendo hoy en día, particularmente en el mercado inmobiliario, que podrán producir resultados más significativos.
Knowledge@Wharton: ¿Qué actividad le despierta mayor pasión dentro del FMI? ¿Qué le gustaría realmente que sucediera? Puede ser una cosa pequeña, o grande. ¿Qué es lo que realmente le motiva?
Lagarde: Eso es complicado. Lo que me motiva de verdad, encuentro, es hacer que la institución sea realmente importante. El FMI es una organización fascinante porque es totalmente anticíclica. Cuando todo a su alrededor comienza a ir mal, el FMI prospera. El nivel de actividad aumenta, porque comenzamos a prestar dinero, a recibir los intereses, las obligaciones y todo lo demás, y ahí la institución prospera. Cuando el mundo va bien, con años seguidos de crecimiento, tal y como ocurrió entre 2006 y 2007, el FMI no va muy bien financieramente, y viceversa.
En el caso de esta institución, que es una combinación fascinante de casi todos los países del mundo con un único objetivo que debería trascender todas sus respectivas políticas y estrategias individuales para ser sostenible, necesitamos ser muy ágiles, siempre en contacto próximo con los miembros, con nuestra base de clientes, por así decirlo. Por lo tanto, según yo explicaba, lo que está en juego de hecho es el desplazamiento de una posición de supervisión bilateral a otra multilateral más holística.