El lunes 7 de noviembre, casi 3.000 mujeres participamos del Foro Feminista de la XV Conferencia Regional de la Mujer, que se desarrolló en la Ciudad de Buenos Aires. El encuentro antecede a la reunión que organizan la Cepal y ONU Mujeres y es un “espacio de construcción colectiva, plural y regional”.
En la apertura, que tuvo lugar en el Espacio Memoria y Derechos Humanos de la exEsma, estuvieron presentes la nueva Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, Ayelén Mazzina, autoridades de CEPAL y ONU Mujeres.
Tras el discurso de apertura de la jornada, este año titulada «La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género», la titular de la cartera de géneros destacó la oportunidad de juntarse a
«reflexionar sobre las distintas políticas públicas y problemáticas que se tienen que poner en agenda pública e incidir en los gobiernos” de la región.
Por su parte, Ana Güezmes, directora de la División de Asuntos de Género de la Cepal, resaltó que
“América Latina y el Caribe es la única región en la que durante los últimos 45 años los países, los gobiernos, las Naciones Unidas y los movimientos feministas se reunieron en las Conferencias de la Mujer”. Y destacó a este encuentro como “un espacio para decir dónde estamos, y sobre todo qué tenemos que hacer para avanzar juntas hacia la igualdad, la autonomía de las mujeres y hacer realidad los derechos de toda la población”.
A su turno, la directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, celebró este “gran encuentro” y llamó a
“seguir unidas y exigiendo la creación de sistemas integrales de cuidados”. Asimismo, pidió por sistemas de financiamiento “para que las mujeres puedan tener un triple dividendo: que puedan apoyar a sus familias, crear empleo con el sistema de cuidados y salir a trabajar”.
Gretel Galeano y María Elena Nadeo, integrantes de Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) consideraron que el desafío es “deshabitar las generalidades”, al entender que existen muchas particularidades en los territorios en relación a las demandas de mujeres de movimientos campesinos, indígenas, migrantes o de la comunidad LGBTIQ+.
En Latinoamérica y el Caribe el tiempo dedicado al trabajo doméstico y cuidados no remunerados
«es la mitad del tiempo total de trabajo de las mujeres, que le dedicaban antes de la pandemia tres veces más de tiempo que los hombres, lo que les impide participar en la política, en la economía, en la sociedad y en la cultura”.
Este espacio de encuentros, se da regularmente cada tres años con el propósito de analizar la situación regional y subregional respecto de la autonomía y los derechos de las mujeres; presentar recomendaciones en materia de políticas públicas de igualdad de género y realizar evaluaciones periódicas de los acuerdos regionales e internacionales.
En los trabajos de cuidados remunerados las mujeres también están sobrerrepresentadas. Según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina y el Caribe un quinto de la población trabaja en sectores vinculados al cuidado, lo que significa más de un tercio del empleo femenino. De allí la importancia de incorporar la concepción de los cuidados.
Todas las personas han sido cuidadas alguna vez y todas las personas necesitan cuidados a lo largo de sus vidas. Sin embargo, el trabajo de cuidado recae mayormente en mujeres y niñas, limitando su autonomía. Transitar hacia la sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género es el tema de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Las mujeres latinoamericanas exigimos una redistribución equitativa de las tareas de cuidado y más presupuesto para avanzar hacia la igualdad.
Compartimos la convicción de construir un presente y un futuro para todas las personas, conscientes de que la transformación es lenta, pero es. Y, estos espacios permiten tejer redes, alianzas sociales, políticas y económicas en un contexto de crisis del desarrollo, financiera, climática, económica, pero también una crisis de los cuidados.
Se necesita voluntad política y recursos económicos para atacar una de las principales causas de la brecha de género: la distribución desigual de las tareas de cuidado entre hombres y mujeres. La necesidad de transitar hacia una sociedad del cuidado en la que se cuide a las personas, a quienes cuidan, que considere el intercuidado y el autocuidado, así como también el cuidado del planeta.