Cruz Roja Española presenta la campaña ‘Te corresponde. Nos corresponde’. Imaginemos una sociedad futura. Imaginemos una sociedad donde el 50 por ciento de la población tuviera limitaciones para desarrollar sus talentos, encontrara limitaciones a su libertad porque no puede disponer de su tiempo para su ocio y para desarrollarse y que estuviera obligada a acometer las tareas de cuidados de otras personas. Seguramente, todas las personas que hacemos ese ejercicio nos sentiríamos indignadas y con el impulso de no consentir semejante injusticia. Sin embargo, eso es lo que continúa sucediendo, a pesar de los avances.
Con este ejercicio ha comenzado su intervención el coordinador general de Cruz Roja Española, Antoni Cruel i Carreras, durante la presentación de la campaña de sensibilización, ‘Te corresponde. Nos corresponde’, en la que estuvo acompañado de la directora general de Igualdad en el Empleo y contra la discriminación, Carmen Navarro.
El objetivo principal de la campaña es sensibilizar a empresas y público en general del reto que supone la conciliación de la vida personal, familiar y profesional, “no sólo para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral, sino como beneficio para toda la sociedad y que el camino para alcanzarla es la corresponsabilidad, de personas e instituciones”.
Exposición de viñetas
Para ello, se apoya en imágenes y viñetas, realizadas desinteresadamente por humoristas gráficos como Nani, Davila, Forges o Padylla entre otros, que “han sabido reflejar con humor e ironía uno de los grandes retos de nuestra sociedad, la conciliación”, según ha explicado Antoni Cruel. Estas representaciones podrán verse en una exposición que se inaugura hoy en la estación de tren de Chamartín en Madrid y que durante los próximos días se exhibirá en distintas ciudades españolas.
Veinte viñetas asociadas a otra veintena de mensajes claves y datos cuantitativos que reflejan la realidad desigual de nuestra sociedad. Mensajes y datos nos muestran la realidad actual así como los beneficios que supondría una conciliación real y una corresponsabilidad a todos los niveles.
La campaña incluye también otras actuaciones dirigidas expresamente a las empresas con el objetivo de promover una reflexión acerca del papel tan relevante que las empresas juegan en este ámbito e invitarles a tomar medidas que favorezcan la conciliación. Se trata de una guía donde se ofrecen claves para que las empresas implanten medidas y planes de conciliación ajustados a sus necesidades y las de su plantilla. El objetivo es llegar a treinta mil entidades.
Asimismo, las personas responsables de la campaña han elaborado otros materiales como vídeos – que se mostraron hoy en la presentación -, web, postales, carteles y un juego on line.
La realidad de las mujeres en el mercado laboral está marcada por las barreras que se levantan debido, entre otras, a las dificultades de conciliación, (largas jornadas, escasa flexibilidad, disponibilidad total) y, sobre todo, a la idea comúnmente aceptada por la sociedad de que a ellas “se les da mejor” cuidar de las hijas e hijos y las personas dependientes. Para las personas responsables de la campaña es necesario “poner de manifiesto estas barreras y cuestionar ciertos conceptos”.
“Sin compromiso, las leyes no son efectivas y sin difusión, los derechos no se pueden ejercer”, ha dicho Carmen Navarro, rescatando los avances y cambios que se han ido produciendo a favor de la igualdad y que se expresan por ejemplo en las leyes, pero advirtiendo de la existencia aún de “barreras invisibles” que hay que superar y que tienen que ver con un “cambio mental”.
La corresponsabilidad: el camino para alcanzar la conciliación
La propuesta de equilibrar vida laboral y personal significa, en definitiva, avanzar en la consecución de derechos de ciudadanía. En primer lugar, se tienen que asumir los derechos de las mujeres a desarrollar una carrera profesional en igualdad de condiciones respecto a los hombres. Esto implica que, necesariamente, deben cambiar los patrones de dedicación laboral tanto de hombres como de mujeres.
En segundo lugar, se tiene que reconocer el derecho de las niñas y los niños a recibir en sus primeras etapas de vida una atención de calidad, tanto por parte de sus progenitores como por parte de las organizaciones educativas. Es decir, que las madres y padres tengan tiempo diario que puedan dedicar y que las escuelas o guarderías no sean meros lugares de cuidado que cubran el tiempo que los progenitores no puedan dedicar, sino que cuenten con un proyecto educativo v condiciones para construir a los futuros ciudadanos y ciudadanas.
Asimismo se tienen que asegurar los derechos de las personas mayores que no se pueden cuidar por sí mismas, de tal modo que tengan garantizado no solamente el cuidado material sino también el cuidado emocional y afectivo. Esto significa necesariamente que sus familias y otras personas significativas de su entorno les puedan dedicar tiempo.
Ahora bien, estos derechos de ciudadanía son difícilmente accesibles si no se dan las condiciones para que exista una auténtica implicación del conjunto de agentes sociales, empresariales, institucionales e incluso individuales de los sujetos susceptibles de usar estos “derechos de ciudadanía”. La corresponsabilidad adquiere así un rango estructural que afecta y modifica gran parte de los sistemas productivos, culturales y de relación de nuestra sociedad.