Agencias de cooperación internacional y el gobierno argentino impulsan la implementación del enfoque de género en el trabajo legislativo a través de una guía especialmente diseñada para el ámbito parlamentario. Es una herramienta novedosa que se promociona en talleres de sensibilización y reflexión, que iniciaron el año pasado y continúan durante 2013. El 18 y 19 de diciembre un grupo de experta/os evaluaron esta propuesta y confirmaron el objetivo de seguir promoviendo una representación parlamentaria igualitaria y sustantiva. Actualmente, en el Congreso Nacional las mujeres tienen 38 por ciento de las bancas, índice que disminuye a 27 en las provincias; no lideran ninguno de los bloques partidarios de mayor representatividad; y en los últimos 22 años nunca estuvieron a cargo de la Cámara de Diputados ni del Senado.
La Guía práctica para la incorporación del enfoque de género en el trabajo legislativo, realizada por Mariana Caminotti y Ana Laura Rodríguez Gustá, es una herramienta novedosa, propuesta por un conjunto de agencias de cooperación internacional y el gobierno argentino, para promover la transversalización del enfoque de género en las organizaciones parlamentarias del país. Esta estrategia apunta a integrar los intereses y necesidades de varones y mujeres en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas y programas en el ámbito legislativo, y de ese modo transformar las bases de la desigualdad y asegurar la autonomía de las mujeres en la toma de decisiones políticas. La misma se desarrolla a partir del Programa Fortalecimiento de Capacidades para la Promoción de la Igualdad de Género en el Trabajo Legislativo y participan el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM).
La promoción de la Guía arrancó en 2011 en las provincias de Mendoza, Chaco y Jujuy y el Municipio de Tigre, donde se capacitó en el uso de esta herramientas a unas/os 160 legisladores/as, sus equipos de asesores/as y funcionarias/os de las Áreas Mujer de las provincias. “Los talleres que se desarrollaron en 2011 y 2012 demostraron que este tipo de acciones son necesarias, sin duda las personas que concurrieron a estos talleres estaban ávidas de espacios de reflexión. Los legisladores y sus cuerpos de asesores no han atravesado procesos de reflexión y sensibilización para la incorporación de la igualdad de género en la tarea legislativa, la agenda legislativa y el quehacer legislativo. Estos talleres confirman la pertinencia de seguir desarrollando estas acciones”, explica a COMUNICAR IGUALDAD la politóloga Andrea Daverio, una de las facilitadoras de los talleres. La socióloga y facilitadora Nora Goren agrega que “estas capacitaciones modifican la forma de ver las normas, porque proponen un modo distinto de pensar los contenidos”.
Desde los parlamentos es posible revisar la legislación para garantizar que la misma no discrimine y desarrollar instrumentos legales para facilitar el acceso de las mujeres al mundo del trabajo, la política y la toma de decisiones en condiciones de igualdad real. Sin embargo en el ámbito legislativo se desconocen estas estrategias. “Quienes son sensibles a los temas de género en general no necesariamente saben instalarlos en el bloque, la comisión y la cámara; tampoco saben traducir el enfoque de igualdad de género a los contenidos de las normas y políticas que impulsan. Los talleres apuntan justamente a la adquisición de estos saberes”, apunta Daverio. “Se trata de una capacitación para la incorporación de una herramienta para legislar con enfoque de género, una herramienta que tiene un equilibrio ideal entre lo teórico y lo práctico”, añade Goren. Las dos expertas , conjuntamente con integrantes del CNM y de las agencias de cooperación internacional, repasaron las experiencias obtenidas durante las jornadas de reflexión realizadas en 2011 y 2012, el pasado 18 y 19 de diciembre en un Taller de formación de formadores para la incorporación del enfoque de género en el trabajo legislativo.
“Es necesario seguir trabajando para transformar los estereotipos, normas y comportamientos que tienden a excluir a las mujeres dentro de las estructuras legislativas; al enfoque de género de los procesos de discusión y sanción de las leyes; y a los derechos de las mujeres dentro de las agendas legislativas prioritarias”, explicó Martín Santiago, coordinador residente del SNU en Argentina, poco antes de que iniciara el ciclo de talleres. Según Santiago esta iniciativa propone la implementación de políticas públicas más equitativas y el fortalecimiento de las capacidades estatales.
Desigualdades en los cuerpos legislativos
Argentina ha protagonizado diversos avances en relación al derecho a la participación de las mujeres en cargos públicos. En 1947 la población femenina obtuvo el derecho a votar y competir en las contiendas políticas. Pero fue necesaria la implementación de una política de cuotas, para obligar a las fuerzas partidarias a incluir como mínimo 30 por ciento de mujeres en las listas electorales y asegurar además una ubicación alternada de varones y mujeres, frente a un sistema electoral que establece condiciones especificas de acceso a los cargos públicos. Después de la sanción de la Ley de Cupo Femenino en 1991, fue clave el ingreso al ámbito parlamentario de mujeres con trayectoria en el movimiento feminista, ya que participaron activamente en el avance de leyes favorables a la autonomía de las mujeres y a su participación en el desarrollo social. En 1994, por ejemplo, las parlamentarias convencionales constituyentes de distintas fuerzas se unieron durante la Convención Constituyente que actualizó la Constitución Argentina para la inclusión en la carta magna de la CEDAW (Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, por sus siglas en inglés), entre otros tratados de derechos internacionales de derechos humanos, que desde entonces cuentan con jerarquía constitucional en Argentina. La CEDAW explicita la igualdad de género, comprometiendo a los Estados a proteger los derechos humanos de las mujeres. Es considerada la carta magna de las mujeres. En 2006 también fueron mujeres quienes impulsaron la aprobación del Protocolo Facultativo de la CEDAW para mejorar el acceso y goce de dichos derechos, así como también habilitar el mecanismo de presentación de denuncias ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer ante el no cumplimiento por parte del Estado de los derechos consagrados en la Convención
La necesidad de que los cargos se distribuyan equitativamente y que la labor parlamentaria se realice desde un enfoque de igualdad de derechos, está presente tanto en la CEDAW como en otros tratados de derechos humanos. Se explicita incluso que el trabajo legislativo debe tener la capacidad de producir beneficios tanto para mujeres como para varones, en todas las etapas de una intervención pública y éste es justamente el objetivo del Sistema de Naciones Unidas (SNU).
Ahora bien, ¿logró Argentina una representación equitativa y sustantiva? En las últimas dos décadas la proporción de legisladoras nacionales ha crecido sistemáticamente y actualmente representa el 38 por ciento del total, uno de los porcentajes más elevados del mundo. Según laUnión Interparlamentaria es el cuarto organismo legislativo en la región latinoamericana y caribeña con mayor representación de diputadas y senadoras. Si bien se consigue la “masa crítica” (30%) necesaria para lograr transformaciones efectivas, está pendiente llegar a una representación de 50 por ciento, teniendo en cuenta que la mitad de la población argentina se compone de mujeres.
En cuanto al enfoque de género, el mismo no se encuentra suficientemente utilizado en el trabajo legislativo, y la guía propuesta por el SNU contribuye a visibilizar esta situación a través del análisis del funcionamiento de la organización parlamentaria. Si por ejemplo se consideran los cargos más relevantes de las cámaras, los bloques y las comisiones, la representación femenina disminuye considerablemente. En estos últimos 22 años, las conducciones de la Cámara de Diputado/as y del Senado en el Congreso Nacional estuvieron exclusivamente en manos de legisladores, constituyendo un techo de cristal para las legisladoras que han llegado como máximo a ejercer las vicepresidencias de dichos cuerpos legislativos, según la investigación impulsada por el PNUD, Ideas, presencia y jerarquías políticas. Claroscuros de la igualdad de género en el Congreso Nacional de Argentina. Este estudio enumera otras asimetrias de género sobre la participación de mujeres y varones en diferentes instancias de trabajo y se pueden constatar en el sitio web del Congreso Nacional.La investigación señala que las mujeres integran mayoritariamente las comisiones que tratan asuntos considerados culturalmente femeninos, siendo un caso extremo la Comisión de Familia, Niñez y Adolescencia de la Cámara de Diputados; los datos disponibles en el sitio web de Diputad/as confirma que integran ese ámbito 23 legisladoras y 8 legisladores. Los varones, afirma el estudio, ocupan mayoritariamente las comisiones que abordan asuntos económicos, presupuestarios y fiscales. Efectivamente, en la Cámara Baja la Comisión de Presupuesto y Hacienda es integrada por 38 legisladores y 11 legisladoras y los tres cargos principales están en manos de varones. Los bloques partidarios con alta representatividad también se encuentran conducidos por varones. En Diputado/as el partido oficialista Frente para la Victoria tiene 116 diputadas entre 257 y es liderado por Agustín Rossi; en el Senado cuenta con 32 parlamentarias de 72 y es dirigido desde 2002 por Miguel Ángel Picheto. La conducción de la Unión Cívica Radical está en manos de Ricardo Gil Lavedra en la Cámara Baja y José Cano en el Senado. “Esta división genera segregación en el quehacer parlamentario y valoraciones diferentes, ya que los temas que se asocian con lo masculino y donde los legisladores están sobrerrepresentados gozan de mayor prestigio”, explica la investigación .
La desigualdad en el funcionamiento legislativo es mayor en las provincias. Las legislaturas provinciales cuentan con una representación de mujeres de 27,15 por ciento, según la publicación Derechos Humanos de las Mujeres, de la Secretaría de Derechos Humanos en la Argentina. Sólo en la provincia de Santiago del Estero las mujeres ocupan 50 por ciento de las bancas. En el resto de las jurisdicciones los porcentajes descienden hasta sólo el 15 por ciento, tal como ocurre en San Juan, de acuerdo al Índice de Participación de la Mujer (IPM), elaborado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) en la investigación Sexo y poder. ¿Quién manda en la Argentina?
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