De acuerdo a un estudio, las niñas con más exposición a niños con un alto desempeño tienen menos posibilidades de obtener una licenciatura.
Fuente www.perfil.com
Los resultados dispares entre hombres y mujeres siguen siendo uno de los temas más polémicos en la vida estadounidense. Ahora hay nuevas investigaciones que sugieren que las desigualdades podrían ser incluso más persistentes de lo que se temía, en parte porque muchos hombres parecen tenerse más confianza que las mujeres. El primer nuevo estudio se centra en el desempeño en la escuela secundaria, y el sorprendente resultado es el siguiente: las niñas con más exposición a niños con un alto desempeño tienen menos posibilidades de obtener una licenciatura. Además, les va peor en matemáticas y ciencias, tienen menos probabilidades de unirse a la fuerza laboral y más probabilidades de tener más hijos, lo que a su vez puede limitar sus perspectivas profesionales posteriores. (Fuente www.perfil.com).
Son resultados perturbadores. Normalmente, se espera que la exposición a compañeros de alto desempeño sea una ventaja, no una desventaja. Es lo que los padres intentan hacer cuando matriculan a sus hijos en las mejores escuelas o cuando los sistemas escolares se esfuerzan por atraer a mejores estudiantes.
No obstante, las investigadoras (tres mujeres) analizaron los datos y descubrieron que las estudiantes, cuando están expuestas a sus homólogos masculinos de alto desempeño, sufren de una menor confianza y, de manera mensurable, aspiraciones más bajas. Sin embargo, es difícil discernir por qué sucede esto. ¿Se desaniman directamente las mujeres jóvenes por la presencia de los jóvenes de alto desempeño? ¿O acaso los maestros dirigen su atención de una manera que perjudica las perspectivas de las jóvenes? Hasta el momento no está claro, aunque otra evidencia independiente muestra que los estereotipos pueden aumentar las brechas de género en la autoconfianza.
La desigualdad es aún mayor: las que más pierden son las jóvenes que figuran en la mitad inferior de la distribución de habilidades. En contraste, cuando los niños están expuestos a más estudiantes masculinos de alto desempeño, no parece afectar sus oportunidades futuras en absoluto.
Las investigadoras describen estos resultados como «cuantitativamente importantes»: en el lenguaje estadístico, un aumento en el porcentaje de niños con alto desempeño, en una desviación estándar, disminuye la posibilidad de que las niñas obtengan una licenciatura en algún lugar entre 2,2 y 4,5 puntos porcentuales. Otro estudio, citado por los autores, sugiere que, después de la exposición a hombres jóvenes de alto desempeño, las mujeres jóvenes pierden algo de interés en las carreras y las especializaciones en matemáticas.
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La buena noticia que se deriva de este estudio es que cuando las niñas en la mitad inferior de la distribución de la capacidad medida están expuestas a niñas con alto desempeño, sus posibilidades de obtener un título de licenciatura aumentan. Obviamente, este es un posible argumento para las escuelas femeninas, aunque los investigadores no evalúan esta opción. Aun así, aunque esta conclusión fuera justificada, la mayoría de los países, entre ellos EE.UU., no tienen en su mayoría escuelas o universidades exclusivamente femeninas, y en todo caso se están moviendo en la dirección opuesta.
Un segundo nuevo estudio revela que incluso una revisión ciega no evita el sesgo de género en el proceso de las solicitudes de propuestas de subvenciones, extraídas de los datos de la Fundación Gates. Resulta que las mujeres y los hombres tienen diferentes estilos de comunicación; las mujeres son más propensas a usar palabras estrechas y los hombres palabras más amplias. Resulta que los revisores favorecen las palabras amplias, que se asocian más comúnmente con afirmaciones más amplias, y desaprueban el uso de muchas palabras estrechas.
El resultado neto es que «incluso en un proceso de revisión anónima, existe una relación negativa sólida entre las candidatas y las calificaciones que asignan los revisores». Esta discrepancia persiste incluso después de un control del tema y otras variables. Notablemente, sin embargo, desaparece cuando se controlan diferentes estilos retóricos.
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Estos dos estudios probablemente están conectados entre sí. Si bien los dos grupos de investigadores no abordan las afirmaciones del otro grupo, no es apresurado pensar que un lenguaje más amplio refleja un cierto tipo de confianza, ya sea meritoria o no. Las palabras estrechas, por otro lado, pueden reflejar un menor nivel de confianza o un mayor sentido de modestia retórica. Una menor confianza no es lo único que puede perjudicar a muchas mujeres en la vida; una mayor falta de voluntad para mostrar confianza -independientemente de si es genuina o no- también puede perjudicarlas.
En mi carrera como profesor, a menudo me he encontrado con estudiantes, tanto hombres como mujeres, sin suficiente confianza en sí mismos. Descubrí que simplemente aumentar mis expectativas no ayuda, y algunas veces empeora las cosas si se aumenta la presión sin darles los medios para manejarlo. Vitorear sobre el empoderamiento de las mujeres tal vez no sea la respuesta. Cuando se trata de abordar la brecha de confianza entre géneros … aún estamos buscando respuestas.
CP