Cuarto Proyecto de Monitoreo Global de Medios. «En ningún país, medio o tema noticioso la proporción femenino/masculino se acerca a la paridad». La Habana, 18 oct. 10. Aunque más mujeres aparecen en las noticias, «la ’imagen del mundo’ que reflejan los medios noticiosos —los rostros que vemos, las voces que escuchamos— siguen siendo abrumadoramente masculinas», acaba de confirmar el Cuarto Proyecto de Monitoreo Global de Medios, difundido en todo el mundo.«En ningún medio, región o tema noticioso la proporción femenino/masculino se acerca a la paridad. La visibilidad de las mujeres en las noticias fue extremada y uniformemente baja», señala este año el informe «¿Quién figura en las noticias?», del Proyecto Monitoreo Global de Medios (GMMP, por sus siglas en inglés), que desde 1995 ha documentado la profunda negación de la voz de las mujeres en los medios de comunicación de todo el mundo.
Si bien el estudio reconoce que la situación no se ha mantenido estática y destaca que la presencia de las mujeres en las noticias ascendió de 17 por ciento en 1995 a 24 por ciento en 2010, se lamenta de que «a la velocidad actual de cambio, tomaría 40 años alcanzar la paridad de mujeres y hombres como sujetos de las noticias».
Coordinado por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, por sus siglas en inglés), una red mundial que promueve la comunicación para el cambio social, el Monitoreo Global de Medios alcanzó esta vez a 1.281 diarios, canales de televisión y estaciones de radio de 108 países e incluyó una muestra piloto de 76 páginas electrónicas noticiosas en 16 países y otras ocho de noticias internacionales por Internet.
De acuerdo con los resultados, sólo 24 por ciento de las personas sobre las que tratan las noticias de la prensa escrita, la radio y la televisión son mujeres. En contraste, 76 por ciento —más de tres por cada cuatro— de las personas en las noticias son hombres.
«Esta imagen no es congruente con una realidad en la cual, por lo menos, la mitad de la población mundial está constituida por mujeres», acota el informe, que detalla además que el incremento de la visibilidad de las mujeres se da, sobre todo, en notas sobre ciencia y salud, que en realidad ocupan menos espacio en la agenda noticiosa respecto a otros temas destacados.
Para la periodista africana Amie Joof Cole, una parte importante de estos dilemas se decide en las salas de redacción y durante el proceso de producción de las noticias.
«Para empezar, los editores en la sala de redacción, los editores de los artículos y los reporteros de mayor antigüedad, que en su mayoría son hombres, son los encargados de asignar las notas a reporteros y periodistas», comenta la también activista y Directora Ejecutiva de The Inter-African Network for Women, Media, Gender and Development (FAMEDEV).
En su opinión, «siguen predominando los estereotipos en la distribución de las notas. Las periodistas siguen cubriendo lo que se denomina como notas ’suaves’, como cultura, salud y otros temas sociales, en lugar de reportar lo que podría verse como temas más desafiantes, como política, negocios, tecnología, ciencia, elecciones y finanzas. Es muy rara la vez que se considera a las periodistas como ’grandes reporteras’ «, comentó.
La ausencia de las mujeres como sujetos de las noticias es mucho más notable en asuntos de alta prioridad en la agenda informativa, como los de economía, aunque su presencia en los temas internacionales se incrementó hasta equipararse con su presencia en las noticias locales, reconoce el estudio.
Por otra parte, se sigue presentando un mundo donde los hombres continúan superando en número a las mujeres en casi todas las categorías ocupacionales, con mayor disparidad en las profesiones. Ellas siguen establecidas en las categorías de personas «ordinarias», en contraste con los hombres, quienes abundan como «expertos».
Hay otros detalles que denotan, con más o menos sutilezas, un tratamiento diferenciado a mujeres y hombres en las noticias, y que naturalizan y perpetúan estereotipos y rasgos sexistas desde los medios de comunicación.
El informe señala, por ejemplo, que es doblemente probable que los periodistas mencionen las edades de los sujetos femeninos en comparación con los masculinos. Además, a las primeras se les identifica con su relación familiar cuatro veces más que a los segundos.
A ellas las siguen mostrando más como víctimas (18% respecto a 8% de los hombres), aunque, en contraste, ahora tienen el doble de probabilidades de que se las presente como sobrevivientes, en comparación con los hombres.
Desde el punto de vista cuantitativo, los sujetos femeninos sobrepasan a los masculinos en las fotos de los diarios: 26 por ciento frente a 17 por ciento. Sin embargo, ellos muestran sus rostros o aparecen totalmente vestidos, mientras es mucho más frecuente verlas a ellas de cuerpo entero y «en varios estados de desnudez».
En cuanto a las mujeres reporteras en diarios, televisión y radio, la proporción sigue siendo la misma de 2005: 37 por ciento. Sin embargo, hay más mujeres en edad madura presentando notas en televisión que hace cinco años y, en general, en los tres medios, ahora las mujeres reportan notas internacionales y nacionales casi en la misma proporción que reportan notas locales.
Desde 2000 se ha incrementado el porcentaje de notas reportadas por mujeres respecto a los hombres en todos los temas principales, excepto en «ciencia/salud», acota el informe. No obstante, las notas de los hombres reporteros siguen superando a las hechas por mujeres en todos los temas.
El estudio llama la atención acerca de que las notas a cargo de reporteras contienen más sujetos femeninos que las de sus colegas hombres y tienen probabilidades visiblemente mayores de cuestionar y no reforzar estereotipos discriminatorios.
«En mi criterio, son los consejos ejecutivos de los medios de prensa, esencialmente masculinos, los que presentan esa resistencia y subestimación de los temas de las mujeres, y mucho más a hablar de perspectiva de género», comentó la periodista cubana Mirta Rodríguez Calderón, residente en República Dominicana.
Sin embargo, «es una resistencia que se puede vencer y muchas y muchos colegas van empujando esas puertas», sostiene la también fundadora de varias redes de periodistas con visión de género. En su experiencia como docente universitaria, confiesa sentirse estimulada porque varias estudiantes han preparado y preparan sus tesis con esa mirada.
Reconoce, igualmente, que «de otro lado está la evasiva de las propias mujeres periodistas para asumir el tema. Parecería que se sienten por encima y al margen de las aspiraciones y problemas de sus congéneres», agrega Rodríguez Calderón, docente.
Para la periodista catalana María Antonia Gusi, un factor de peso está en los propios medios, su dirección y propiamente los y las periodistas. «La mayoría, aunque cada vez haya más mujeres, salen de las facultades sin estudios de género y perpetúan las rutinas existentes en las redacciones», precisa.
«Y aun cuando la actitud no sea negativa, se ha detectado y confirmado que se tiende a la deshumanización de las noticias (con un aumento en cinco años de 12 puntos), pues cada vez hay menos hombres y mujeres protagonistas y más instituciones, organismos y entidades que ocupan su papel. Lo mismo sucede con las fuentes», agrega la también directora de la revista de teatro Entre acto y subdirectora de la agencia catalana La Independiente.
La integrante de la Red de mujeres periodistas y comunicadoras de Cataluña asegura que es muy grande también la resistencia a usar el lenguaje no sexista, impulsado por los colectivos de periodistas con visión de género, las organizaciones de mujeres y algunas instituciones. «Esta resistencia acentúa la falta de visibilidad de las mujeres en los medios», puntualiza.
Y finalmente alude a que la precariedad laboral facilita un periodismo más superficial, sin atención a las fuentes y sin mostrar la diversidad y pluralidad de las personas que protagonizan los hechos. «Aunque esa no debería ser la excusa para ejercer un mal periodismo», sostiene.
El monitoreo global, que intentó una instantánea a los medios el día 10 de noviembre de 2009, comprobó que solo seis por ciento de las notas destacaron temas sobre igualdad o desigualdad de género, mientras 46 por ciento de las informaciones reforzaron los estereotipos de género, lo que representa casi ocho veces más que las historias que los cuestionaron (6%).
Esto último significa que «las mujeres tienen el conocimiento, el carácter y las destrezas para realizarse en lo privado y que, por el contrario, los hombres tienen el carácter, el conocimiento y las destrezas para lo público», comentó la ecuatoriana Nidya Pesantez, experta en género y comunicación para el desarrollo, preocupada por las consecuencias de dichas prácticas periodísticas.
Según Pesantez, coordinadora del Grupo de Apoyo al Movimiento de Mujeres del Azuay (GAMMA), en Cuenca, Ecuador que mujeres y hombres sean representados desde el estereotipo de género conlleva diversos efectos en las conductas, acciones y actitudes de la sociedad que afectan al desarrollo de los pueblos y al ejercicio de los derechos de las mujeres.
Por otra parte, las mujeres únicamente constituyen 23 por ciento de los sujetos de las notas monitoreadas en 84 sitios web de noticias, lo que sugiere que «la subrepresentación de las mujeres en los medios noticiosos tradicionales se traslada al mundo noticioso virtual».
A la vez, las mujeres reportaron solo 36 por ciento de las notas analizadas, frente a 64 por ciento de informaciones presentadas por hombres en medios electrónicos.
Igualmente se constató que 42 por ciento de las notas periodísticas en línea refuerzan los estereotipos de género, sólo cuatro por ciento los cuestionan, mientras que la mayoría (54 %) ni los reforzó ni los cuestionó.
Las cifras regionales muestran avance en algunas zonas y estancamiento en otras, durante los últimos cinco años. La más notable es América Latina, donde la presencia de las mujeres en las noticias se incrementó en seis puntos porcentuales, seguida muy de cerca por Europa, con un incremento de cinco puntos porcentuales.
América Latina presenta el mayor porcentaje de sujetos femeninos de las noticias (29%), mientras que Oriente Medio presenta el más bajo, con 16 por ciento.
No obstante, «la realidad está cambiando», sostiene Rodríguez Calderón. «Las mujeres irrumpen en nuevos ámbitos, no tanto espacios de decisión como de poder empresarial, académico, periodístico. Entonces, para quienes hagan una comunicación seria, no habrá otra alternativa que incluir esto en sus despachos y otros productos comunicativos», asegura la colega.