El 29 por ciento de las muertes maternas se produce por complicaciones derivadas de aborto. El 50% de los partos en todo el país es de madres sin cobertura paga de salud y se dan grandes disparidades regionales.
En 30% de los hogares más pobres, el 77% de las mujeres se encuentra en situación de vulnerabilidad laboral. En el servicio doméstico la mayoría de las trabajadora no se encuentra registrada y representa el 31% del trabajo femenino en el sector privado, llegando al 41% en el noreste del país.
Las madres dedican un 60 por ciento de su tiempo al cuidado de hijos e hijas, mientras que los padres sólo un 20 por ciento. En los sectores pobres, las mujeres dedican aún más tiempo a esta tarea debido a que acceden menos a los servicios remunerados de cuidado.
Las mujeres de sectores rurales empobrecidos trabajan más horas que las que viven en sectores similares en la ciudad. El promedio de trabajo productivo, reproductivo y doméstico de las mujeres campesinas es entre 16 y 18 horas. Esta es una de las razones de la migración femenina: las mujeres son el 47% de habitantes en el ámbito rural y 52% en las ciudades.
El 48 por ciento de las mujeres madres collas y el 75 por ciento de las tobas son analfabetas o no terminaron la primaria.
Estos índices son parte de las investigaciones recopiladas por el Observatorio de Género y Pobreza ( www.generoypobreza.org.ar), un proyecto de la Asociación Civil Nueva Ciudadanía. Los trabajos fueron presentados en el Encuentro debates actuales en torno al tema de género y pobreza a fines de 2009. Contó con la colaboración de la Universidad Nacional de San Martín y del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). Una veintena de especialistas, diez universidades nacionales y otros centros de investigación se reunieron para debatir en torno a la pobreza desde un enfoque de género y los hallazgos están disponibles en el Observatorio.
El Observatorio de Género y Pobreza nació en abril del 2009 y desde ese momento tiene el objetivo de cambiar la realidad de la mujer empobrecida, haciéndola visible e incidiendo en la agenda pública y en la conciencia de la ciudadanía. Este espacio está integrado por equipos de investigación de universidades nacionales especializadas en género y pobreza, y fue planificado en base a otras experiencias de la región, sobre todo México.
La Asociación Civil Nueva Ciudadanía es presidida por la socióloga Virginia Franganillo, experta en Estudios de la Mujer. Integra diversas organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, feministas y de administración pública.