Fuente: REDMAD
En 2016, Suecia declaró que todas las iniciativas del Gobierno deben contemplar una perspectiva de género. Se trata de un gesto inédito, que su embajadora adjunta en Chile, Charlotte Alvin, comparte en entrevista con REDMAD, en el marco de la misión internacional que realizará la corporación a Estocolmo en octubre.
Hace tres años, Suecia se declaró abiertamente como el primer país feminista del mundo: desde su Gobierno hasta los lineamientos de su política exterior. En otras palabras, esto significa que todas sus iniciativas –incluyendo las decisiones de gastos y presupuestos– obedecen a este propósito, cuyo objetivo es “garantizar que las mujeres y los hombres tengan el mismo poder para forjar la sociedad y sus propias vidas”, dice un documento titulado La política exterior feminista de Suecia, del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Charlotte Alvin, embajadora adjunta de Suecia en Chile, es quien comparte ese documento, en el marco de la misión internacional que realizará REDMAD a su país, en octubre. “Estamos muy alegres de colaborar con REDMAD, de ver su trabajo y de darles la bienvenida a Suecia para hacer los intercambios con las organizaciones, instituciones y empresas suecas”, dice Alvin.
“El gobierno feminista influye, pero el gobierno no puede hacer todo, entonces la voluntad y la dedicación del sector privado es muy valiosa”.
Alvin es una de las encargadas de promover esta política exterior feminista en el país, que el año pasado, por ejemplo, llevó a su embajador Oscar Stenstrom a emitir una declaración junto a otros diplomáticos de que no participaría en paneles conformados solo por hombres.
“En primer lugar, había muchas personas que se reían de esta política exterior feminista”, dice Charlotte Alvin. “Hoy vemos que tiene resultados”. El año pasado, lanzaron un libro que contiene algunos logros de esta política, por ejemplo, el trabajo de mediación en asuntos de paz y seguridad o, junto a Wikipedia, por aumentar los artículos de mujeres.
Esta política exterior feminista tiene tres pilares: Derechos (Rights), que implica garantizar los derechos humanos para mujeres y niñas, Recursos (Resources), que busca cerrar por ejemplo las brechas salariales, de educación e ingresos y Representación, que pretende aumentar la presencia de mujeres en puestos de influencia en todos los ámbitos de la sociedad.
Hoy, la participación laboral de las mujeres es del 80,6%, una de las más altas del mundo, según cifras de la OCDE. Además de eso, han logrado incrementar la presencia de mujeres en directorios de empresas cotizadas en bolsa, de un 6%, en 2002, a un 34% en 2019. Recientemente, además, el movimiento feminista logró una importante victoria en el parlamento, con la ley que reconoce que toda relación sin consentimiento es una violación.
Entre los factores que han contribuido a aumentar la participación femenina se encuentran, primero, la calidad y accesibilidad del sistema preescolar. Este está fuertemente subvencionado y es usado por gran parte de los padres y madres. El año de Kínder, en tanto, es obligatorio y gratuito, y la escuela también.
Otro elemento que destaca Alvin es el permiso parental extendido y compartido, que hace posible que padres y madres puedan participar del cuidado de sus hijos y desarrollarse en sus carreras. “Esto es de lo más importante y ha tenido muchos resultados positivos”, dice Alvin. “Para las personas, pero también para el crecimiento y el dinamismo de la economía”.
A diferencia de otros países europeos, en Suecia nunca adoptaron una ley de cuotas para acelerar la presencia de mujeres en puestos directivos. Sin embargo, Charlotte Alvin cree que la “amenaza” de poder implementarla, si no se registraban cambios, puede haber contribuido. “Las empresas entienden que un directorio más diverso es bueno para su negocio y los consumidores también creen que un directorio sin mujeres no está bien para el desarrolla de la compañía. Creo que ha sido una combinación de todo eso”, dice Alvin.