MUJERES DESTACADAS >

María Elena Walsh

Nació y murió en Buenos Aires, (1/2/1930 – 10/01/2011). Fue poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina. Ha sido considerada como «mito viviente, prócer cultural y blasón de casi todas las infancias». Especialmente famosa por sus obras infantiles, entre las que se destacan el personaje/canción Manuelita la tortuga y los libros Tutú Marambá, El reino del revés y Dailan Kifki, es también autora de difundidas canciones populares para adultos, entre ellas Como la cigarra, Serenata para la tierra de uno y El valle y el volcán. Otras canciones de su autoría que integran el cancionero popular argentino son La vaca estudiosa, Canción de Titina, El Reino del Revés, La pájara Pinta, La canción de la vacuna, La reina Batata, El twist del Mono Liso, Canción para tomar el té, En el país de Nomeacuerdo, La familia Polillal, Los ejecutivos, Zamba para Pepe, Canción de cuna para un gobernante, Oración a la justicia, Dame la mano y vamos ya, etc. Entre sus álbumes destacados se encuentran Canciones para mirar (1963) y Juguemos en el mundo (1968).El escritor Leopoldo Brizuela ha puesto de relieve el valor de su creación diciendo que «lo escrito por M.E.W. configura la obra más importante de todos los tiempos en su género, comparable a la Alicia de Lewis Carroll o a Pinocho; una obra que revolucionó la manera en que se entendía la relación entre poesía e infancia.»

Entre 1951 y 1963 formó el dúo Leda y María junto a Leda Valladares y entre 1985-1989 fue designada por el presidente Raúl Alfonsín para integrar el Consejo para la Consolidación de la Democracia. Entre los artistas que difundieron el cancionero de María Elena Walsh se destacan el Cuarteto Zupay, Luis Aguile, Mercedes Sosa, Jairo, Rosa León y Joan Manuel Serrat.

Una poetisa precoz
A los 12 años ingresó a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, donde se radicó. Allí se haría amiga de Sara Facio, quien luego se convertirá en una destacada fotógrafa y compañera de María Elena en el último tramo de su vida, Carmen Córdova quien sería arquitecta, y Juan Carlos Distéfano, quien se volverá un escultor de fama mundial.

Tímida y rebelde, leía mucho de adolescente. En 1945, a los 15 años, publicó su primer poema en la revista El Hogar titulado ‘Elegía’ e ilustrado por su compañera de colegio Elba Fábregas. Ese mismo año escribió también en el diario La Nación.

En 1947, cuando contaba con 17 años, sufre la muerte de su padre y publica su primer libro, un poemario titulado Otoño imperdonable que recibió el segundo premio Municipal de Poesía, aunque el jurado se excusó diciéndole que no le habían otorgado el primero porque era demasiado joven. A pesar de su juventud, se trata de un libro notable, que llamó de inmediato la atención sobre ella del mundo literario hispanoamericano. Reúne poemas escritos entre los 14 y los 17 años, que sorprenden por la madurez expresiva y por un estilo natural,[10] plenos de hallazgos y juegos líricos, como en «Término», donde se define a sí misma como «un sitio donde florecerá la muerte». El libro fue elogiado por la crítica y por algunos de los más importantes escritores hispanoamericanos, como Juan Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo, Eduardo González Lanuza y Pablo Neruda.

En 1951 publicó su segundo poemario, Baladas con Ángel. En esta oportunidad Walsh recurre a la balada para construir su obra poética, una forma lírica construida a partir de la musicalidad de su estructura.

Durante toda su carrera publicó más de 20 discos y escribió más de 50 libros.

Compartir esta publicación: