Autora: Dra. Lidia heller
Marzo nos invita a reflexionar y seguir aportando nuevas visiones en la lucha por la igualdad de género…No hemos llegado aquí por casualidad y la historia nos muestra como las luchas no fueron en vano… pero los cambios son muy lentos.
La película Días Perfectos que vi la semana pasada y el artículo de la escritora japonesa Mieko Kawakami, publicado recientemente por The Economist que invito a leer: «Mieko Kawakami on how men can make the world better for women«, me llevaron a Japón… Lejos, no?
Y, a reflexionar sobre el ritmo acelerado en que vivimos y que a pesar de los contextos diferentes por los que atravesamos las mujeres y los varones, existen denominadores comunes que no podemos desconocer: los roles asignados se van transmitiendo de generación en generación y existen maneras de modificarlos al interior de las familias y otras instituciones por las que atravesamos a lo largo de nuestras vidas. Dentro de los roles asignados, el del cuidado tiene un componente central en las desigualdades de género.
Los Estudios de Género siguen realizando valiosos aportes para comprender por qué persisten situaciones de injusticia y desigualdad en la mayoría de las sociedades. Han investigado y documentado los procesos económicos, sociales y simbólicos que contribuyen a generar, reproducir y también transformar un orden social basado en la desigualdad de poder entre varones y mujeres. Desde todas las disciplinas y, fundamentalmente, a partir de enfoques multidisciplinarios, estos trabajos nos permiten explicar cómo y por qué las diferencias biológicas se traducen en desigualdades sociales y cuáles son las consecuencias en las vidas de mujeres y varones, y en el desarrollo de sus sociedades. Aunque cada vez se difunden más estos aportes deben confrontar con creencias, prejuicios, generalizaciones abusivas, sesgos que están presentes en la vida de las organizaciones y las personas.
En tiempos acelerados, inciertos y turbulentos, las mujeres estamos enfrentando nuevos desafíos para cada una y para el conjunto. En este andar vamos conociendo las experiencias de vida de muchas que no se resignan al status quo.
Cada vez que una mujer logra un avance, se convierte en un símbolo para otras mujeres de que es posible cambiar lo que parece imposible, a partir de ir generando pequeñas ganancias en los entornos organizacionales donde actuamos y también en los familiares.
¡Las y los invito a reflexionar sobre estos temas!
¿Qué te parecen estas afirmaciones? ¿estás de acuerdo? ¿Con ALGUNA no?
¿AGREGARIAS OTROS PROBLEMAS? ¿CUÁLES?
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LIDIA HELLER
Miembro fundadora de la RedWIM
Consultora en temas de género y organizaciones.