Por Adriana Alonso
El feminismo del siglo XXI enfrenta nuevos desafíos en su lucha por la igualdad de género, a pesar de los avances legislativos y sociales alcanzados. Este ensayo analiza las principales desigualdades persistentes y los obstáculos que dificultan una equidad real, centrándose en dos aspectos clave: el trabajo de las mujeres y la ética del cuidado. A partir de la revisión de la obra de Victoria Camps El Siglo de las Mujeres, se abordan cuestiones como la brecha salarial, la exclusión de las mujeres de altos cargos, la sobrecarga de trabajo doméstico, la violencia de género y las barreras estructurales en el ámbito laboral y político.
El análisis sugiere que la desigualdad de género no solo persiste, sino que ha adoptado formas más sutiles y difíciles de erradicar. Se destacan dos propuestas esenciales para alcanzar una igualdad real: la feminización de los hombres, entendida como la incorporación de valores tradicionalmente asociados a las mujeres en la esfera pública, y la universalización del feminismo, llevándolo más allá de un movimiento exclusivo de mujeres para integrarlo como una causa social de interés colectivo.
En conclusión, la transformación social requiere modificar la estructura mental androcéntrica y reconocer el valor del cuidado como un principio universal. Sin cambios profundos en la mentalidad y en la organización social, la igualdad seguirá siendo un ideal inalcanzable más que una realidad concreta.
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